domingo, 30 de agosto de 2009

rodilla con rodilla

Si hay algo que odio en la vida es sentarme junto a personas ostensiblemente incapaces de juntar las rodillas o al menos acercarlas. Gente con demasiado ángulo obtuso. Desde luego, esa actitud tan viril propicia múltiples reacciones, que van desde un desesperado autoarrinconamiento tendiente a disminuir la superficie de contacto, hasta una belicosa firmeza caderil.

8 comentarios:

  1. Creo que nunca me sentí más identificada con uno de sus odios, Sihayalgo! Los asientos dobles del bondi deberían estar delimitados con "apoyabrazos" de alambre de púa.

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  2. che, me parece que este no lo entiendo.

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  3. Lady Anita, ¿será que usted no tiene mucho bondi encima?

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  4. Me quedo con lo de Lady, pero no con el poco bondi. Sepa Ud que hubo mucho 132 en mi vida, sólo por citar alguno. El aporte de pepa grillo en algo me ayuda, pero sigo sin aprehender el presente odio. Es así que participo desde la no participación (sí, sí, vicios de la profesión)

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  5. Rememore Anita, cierre los ojos, piense en el 132, recuerde que seguramente alguna vez se le sentó al lado algún desconsiderado que con la apertura de sus piernas ocupó más espacio del que debiera. ¿Aprehende?

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  6. Ah, pero se ve que eso no me da odio. La felicidad del asiento adquirido es mayor.

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  7. Para mí, la línea divisoria entre dos asientos es clarísima. Si hay necesidad de ventilar, que sea en esa superficie. Además, la lucha por el espacio puede ser interpretada como intención de aproximación...

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  8. Parecen referirse sobre a todo al pasajero masculino. Odien, pero comprendan que uno va con las pelotas llenas y hay que hacerles un espacio en el jean. Por ahí en Escocia es otra cosa. Esta el tema erección serviciopública espontánea, también... ahi se complica mas, todavía.

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