martes, 20 de octubre de 2009

crónicas de guerra II

Si hay algo que odio en la vida es llegar a una presunta velada romántica e irme de un velatorio sentimental. Un riesgo específico de este tipo de encuentros reside en el irresistible aburrimiento que inoculan. Como se sabe, el aburrimiento es mal consejero y terminamos oficiando de confesor, o en el mejor de los casos, propiamente de confesionario. Odio la boqueada postcoital.

miércoles, 14 de octubre de 2009

ondulación climática

Si hay algo que odio en la vida es que la primavera prometa dulces temperaturas estivales y que de manera injusta e indumentariamente imprevista me castigue con alertas meteorológicos dignos de pleno julio. Si hay algo que odio es que la helada me agarre en ojotas.

jueves, 8 de octubre de 2009

crónicas de guerra I

Si hay algo que odio en la vida es que me hagan la farsa de que me la van a poner y al final no me la pongan nada.

miércoles, 7 de octubre de 2009

autogolpe

Si hay algo que odio en la vida es golpearme la cabeza. Este tipo de golpe, además de resultar especialmente atontador de la percepción, pone francamente de manifiesto la propia torpeza. Una no ha visto lo que efectivamente estaba muy cerca. Odio –aunque no sin cierta simpatía– las puertas de las alacenas y el techo de los micros.

sábado, 3 de octubre de 2009

compulsión

Si hay algo que odio en la vida es mi omnipresente manía de postergar toda aquella actividad que pueda identificarse –aun remotamente– con una obligación. Así las cosas, cualquier tarea puede tornarse pesadillesca por el sólo hecho de ser demorada indefinidamente. Si hay algo que odio en la vida es mi compulsiva postergación.